Vistas de página en total

sábado, 19 de marzo de 2016

Mi vida a través de los libros

  Mi vida a través de los libros     

            En mi casa se ha leído y se lee cada día. Tal vez, venga de ahí mi afición a la lectura: de las tardes en las que íbamos a la biblioteca a coger libros, de los cuentos de mis padres y de las recomendaciones de libros que me hacía mi hermano o los “robos” de los mismos que le hacía yo a él.
            No recuerdo cuando comencé a leer, pero mi madre siempre me cuenta que me sabía de memoria el libro de Mulán, incluso antes de aprender a leer, de tantas veces que le obligaba a que me lo leyera. Cuando venían visitas, cogía el libro y hacía un pequeño teatro para que pensaran que ya sabía leer. Bendita inocencia.

            Los primeros libros que recuerdo leer “de verdad” eran unos que no tenían a penas letras y cuyos protagonistas eran tres hermanos (dos niños y una niña con lazo rosa, que era la que más me gustaba) que no paraban de vivir aventuras con solo 4 o 5 años. No me acuerdo del nombre de esa colección de libritos, pero la imagen está nítida en mi cabeza.
            El otro día, en la biblioteca de la Facultad de Educación, encontré por casualidad un libro de lecturas titulado Borja y Pancete. Mi mente dio un salto hacia mi infancia y recordé que lo había leído. Pero ni siquiera me acordaba de él. Es una pena cómo los recuerdos se esfuman de nuestro cerebro a medida que pasa el tiempo.


      

    
            Después llegaron a mis manos muchos libros más; ¿Quién tiene miedo a la tormenta?; Días de Reyes Magos; Palabras de Caramelo; o la colección de Kika Superbruja. De estos me gustaban mucho los trucos que venían al final del libro.


            Durante la época de Secundaria, mis lecturas se redujeron a las que mandaban en el Instituto, que me parecían suficientes. Otra vez, la ignorancia, pero en este caso, no sé si bendita. Algunos de los libros que más me gustaron de esta etapa fueron Fi de culs a Mallolca, Lúltima faena de Senyor Luna, El valle de los lobos y Drácula, que me abrió la puerta para, más adelante leer la saga Crepúsculo. Cuando hice Bachillerato, el libro que más me gustó fue La casa de los Espíritus, de Isabel Allende.

            Durante el verano en el que iba a pasar a la Universidad, leí el libro que más me ha marcado durante toda mi vida y que, a día de hoy, sigue siendo mi favorito. Además, me devolvió las ganas de leer que parece que se esfuman durante la adolescencia. La sombra del viento fue el primer libro “de mayores” que leí y que tuve la sensación de comprender a la perfección, pese a sus giros temporales y cantidad de personajes. Se me ponían los pelos de punta cada vez que se resolvía el más mínimo misterio durante la novela. Además, me ayudó a descubrir que las historias de amor no eran lo mío, sino las de intriga.
           


Por último, y durante la carrera he leído muchos libros que me han recomendado o que tenía que ver con el temario de las asignaturas. El que más me gustó fue Los pazos de Ulloa, de Emilia Pardo Bazán. Y el que más me impactó o influyó en mí fue La tía Tula, de Miguel de Unamuno. Tanto es así, que tengo un tatuaje con una frase de esa novela: “siento demasiado para poder pensar”.
            Para acabar, he de decir que ojalá recordará todos y cada uno de los libros que he leído porque seguro que han dejado huella en mí de una manera u otra. Los que he relatado en estas líneas son solo algunos o los más importantes, no lo sé bien. También me gustaría destacar que, gracias a mis profesores (de todas las etapas) he descubierto libros que, de otro modo, no hubiera leído y no me hubieran fascinado. Con lo cual, como docentes, debemos inculcar o fomentar ese amor por la literatura. Ya que, puede que no se nazca con esa afición, pero, si se trabaja un poco, puede abrir puertas maravillosas.

María López Pinedo 






           

           


   

No hay comentarios:

Publicar un comentario